Para explicar qué es la liquidez de una empresa, primero debemos aclarar algo: liquidez y solvencia no son lo mismo.
Se trata de dos conceptos que suelen ir de la mano. Y por eso, muchas personas tienden a confundirlos. Pero existe un matiz que los diferencia. Veamos el significado de cada uno:
• Solvencia. Se entiende como solvencia la capacidad de asumir todas las responsabilidades financieras en un largo periodo de tiempo.
• Liquidez. Representa la habilidad de una empresa de convertir los activos en efectivo con rapidez y sin caer en una pérdida de valor importante.
Como ves, la solvencia es un concepto asociado al largo plazo y la liquidez al corto. No obstante, ambos hacen referencia a los compromisos y recursos económicos de la compañía.
Todos los bienes y derechos que tiene una empresa susceptibles de convertirse en dinero líquido en un plazo inferior a un año -que podría decirse son de corto plazo- es lo que se conoce como capital circulante o activo circulante.
Por lo general, se caracterizan por su utilización en el proceso productivo para incorporarlos al producto final. Un buen ejemplo de esto, serían las materias primas necesarias para poder producir un bien determinado. Si habláramos de una editorial, el papel y la tinta necesarios para imprimir libros, serían una de las partes más importantes de su activo circulante.
El capital circulante es la diferencia entre el activo circulante y el pasivo circulante de una empresa.
Representa la cantidad de recursos que una empresa tiene a su disposición para financiar las operaciones diarias y cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Es decir, se trata de un indicador financiero que permite conocer la liquidez de la empresa.